La inclusión e integración son términos que en muchas ocasiones se utilizan como conceptos iguales que comparten un mismo significado, sobretodo en el ámbito educativo. Inclusión e integración no son palabras sinónimas.
Inclusión e integración representan filosofías totalmente diferentes, aún cuando tienen objetivos aparentemente iguales o significados parecidos.
Si bien es cierto, pasar de la exclusión a la Inclusión supone un proceso largo de cambio y evolución. En medio de esta transición podemos situar la integración. Ahora bien, debemos ir mas allá, paso a paso sin olvidar que el último fin siempre es la inclusión.
La inclusión NO se centra en la discapacidad o diagnóstico de la persona. Se centra en sus capacidades.
La inclusión educativa NO está dirigida a la educación especial, sino a la educación en general.
La inclusión NO supone cambios superficiales en el sistema, supone trasformaciones profundas .
La inclusión NO se basa en los principios de igualdad y competición se basa en los principios de equidad, cooperación y solidaridad.
La inclusión educativa se centra en el aula y NO en el alumno.
La inclusión NO intenta acercar a la persona a un modelo de ser, de pensar y de actuar “normalizado”, acepta a cada uno tal y como es, reconociendo a cada persona con sus características individuales.
La inclusión NO es dar a todas las personas lo mismo, sino dar a cada uno lo que necesita para poder disfrutar de los mismos derechos.
La inclusión NO persigue cambiar o corregir la diferencia de la persona sino enriquecerse de ella.
La inclusión educativa NO persigue que el niñ@ se adapte al grupo, persigue eliminar las barreras con las que se encuentra que le impiden participar en el sistema educativo y social.
La inclusión NO disfraza las limitaciones, porque ellas son reales.
Bibliografia:
https://www.dobleequipovalencia.com/inclusion-e-integracion-10-diferencias/